El centro tecnológico ITENE ha logrado desarrollar papel reciclado industrial con propiedades mecánicas y ópticas mejoradas para aplicaciones de alto valor, así como tapones con aplicabilidad en los sectores de cosmética o detergencia mediante tecnologías de descontaminación avanzadas de polipropileno y celulosa.
La investigación ha sido llevada a cabo en el marco del proyecto CleanUPP, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE+i) con fondos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), y desarrollada entre junio de 2024 y 2025. Se ha enfocado en el uso de tecnologías innovadoras de descontaminación, como el arrastre por vapor de agua y disolventes como el polietilenglicol para el polipropileno, así como en el uso de tecnologías avanzadas de oxidación y adsorción para eliminar contaminantes críticos como el BPA y los PFAS en el caso de la celulosa.
“Frente a los desafíos como la contaminación cruzada entre diferentes flujos y la pérdida de calidad del polipropileno, se ha diseñado un proceso específico de pretratamiento, descontaminación y optimización del procesado que permite recuperar un material con prestaciones adecuadas para nuevas aplicaciones. Se ha logrado una eliminación de contaminantes volátiles de hasta el 52% en el pretratamiento y hasta una descontaminación media de 87,8% utilizando disolventes como el polietilenglicol”, asegura César Aliaga, responsable técnico del proyecto en ITENE.
Durante el proyecto se ha llevado a cabo un trabajo en dos líneas principales, cada una de ellas centrada en la optimización de los procesos de descontaminación de materiales clave para fomentar su reutilización en aplicaciones industriales. La primera de ellas ha sido el diseño y mejora de métodos innovadores para la eliminación de contaminantes en polipropileno con el objetivo de desarrollar tapones para envases fabricados por inyección con polipropileno reciclado.
Así, se ha comenzado por la identificación de contaminantes típicos y críticos presentes en este material y el desarrollo de métodos para optimizar la contaminación controlada del polipropileno. A continuación, se han implementado etapas de pretratamiento orientadas a lograr una descontaminación física y parcialmente química, seguido de una descontaminación mediante disolventes como el polietilenglicol, obteniendo un material reciclado altamente descontaminado. En paralelo, se han llevado a cabo mejoras en el procesado del material para disminuir los compuestos orgánicos volátiles y potenciar sus propiedades mecánicas mediante aditivación. De esta forma, se han optimizado sinérgicamente las distintas etapas del reciclado de polipropileno, poniendo el foco en su descontaminación química, logrando así obtener un material funcional y seguro para aplicaciones de alto valor.
Por otro lado, en materia de desarrollo y optimización de técnicas avanzadas de descontaminación aplicadas a la celulosa, se han descontaminado diversos papeles posconsumo procedentes de plantas de clasificación de residuos —como recortes, Kraft, Semikfraft, A4 y A5— abordando la problemática de los contaminantes emergentes como los PFAS y el BPA. Para ello, mediante un enfoque integral, se han desarrollado y aplicado métodos analíticos específicos que permiten detectar con precisión estos compuestos, y se seleccionó un grupo representativo de sustancias para su estudio. Posteriormente, se optimizaron las condiciones de contaminación controlada de la celulosa, lo que ha permitido poner a prueba diferentes tecnologías de descontaminación mediante tecnologías de oxidación y adsorción. Los métodos utilizados aumentan la resistencia máxima, mejoran la rigidez y tienen un impacto variable en la elongación, sin perjudicar significativamente la capacidad del papel para deformarse antes de romperse.
“Estas tecnologías innovadoras han sido validadas en condiciones reales de tratamiento de residuos celulósicos procedentes de envases posconsumo, logrando eliminar eficazmente los contaminantes. A partir de las pulpas obtenidas, se fabricaron demostradores de papel reciclado, que fueron evaluados tanto por sus propiedades mecánicas y ópticas como por su adecuación a los estándares industriales de calidad, demostrando así la viabilidad del proceso desarrollado. Además, los resultados obtenidos, respaldados por el feedback recibido por parte de las empresas colaboradoras, confirman el potencial de estas tecnologías para ser escaladas y aplicadas a nivel industrial como parte de estrategias de economía circular”, destaca el investigador.
Este tipo de proyectos demuestran el compromiso de ITENE con la innovación, la sostenibilidad y la transferencia tecnológica para afrontar desafíos estratégicos para la industria y la sociedad. Resultados como los conseguidos en CleanUPP contribuyen a la transición hacia una economía circular efectiva a través de la investigación en nuevos materiales.