El Informe Draghi sobre el Futuro de la Competitividad Europea, publicado el pasado 9 de septiembre, propone medidas para una nueva estrategia industrial para la Unión Europea, alineada con las prioridades políticas y legislativas de los próximos años y con la Declaración de Amberes promovida por Cefic y de la que Feique es firmante. Entre las industrias destacadas, el sector químico aparece como un pilar esencial tanto en términos de valor añadido como por su contribución a la transición energética hacia tecnologías limpias y la competitividad de la UE.
El informe subraya la importancia de las industrias de gran consumo energético, como la química, de la que destaca que representa el mayor valor añadido bruto de estas industrias, que juegan un papel fundamental en la economía europea, tanto en términos de producción como de empleo. Además, resalta el impacto del sector químico en las cadenas de valor aguas abajo, como el sector de la automoción, y cómo los cambios que afecten a esta industria se propagan a otros sectores productivos.
Para Juan Antonio Labat, director general de Feique: “Como sector firmemente comprometido con la sostenibilidad y la competitividad, valoramos positivamente que el informe destaque el papel de la industria química en la economía europea. Para enfrentar los retos futuros hará falta fuerte apoyo político y financiero”
A pesar de los elevados costes de energía y materias primas, el Informe Draghi reconoce el liderazgo de la UE en la producción y exportación de productos químicos. De hecho, reconoce el papel crucial de la industria química en el desarrollo de soluciones innovadoras que facilitarán la transición hacia tecnologías limpias si bien no recoge las principales áreas que requieren innovación en el sector químico como los materiales avanzados, la bioeconomía o las tecnologías de procesos.
El sector químico valora positivamente que el informe contemple medidas para estimular la demanda de productos circulares y de bajas emisiones de carbono, dos áreas clave para avanzar en la sostenibilidad. No obstante, el informe no recoge incentivos relacionados con el precio, como la reducción del IVA, que podrían acelerar la adopción de estos productos.
En cuanto a las materias primas, aunque se mencionan recomendaciones políticas para residuos y para promover el reciclaje (incluida la creación de un mercado único), el informe no aborda materias primas relevantes para la industria química, como las derivadas de la biomasa.
Además de cerrar la brecha en innovación y reducir las dependencias, la nueva estrategia industrial propuesta por Draghi debería incluir un plan que combine los esfuerzos de Descarbonización y de Competitividad, para garantizar el liderazgo en tecnologías necesarias para la descarbonización, abarcando desde la producción de energía hasta la tecnología limpia y las industrias intensivas en Energía.
Una de las cuestiones que sigue abierta es hasta qué punto las propuestas son realizables de forma realista y a qué ámbitos debe darse prioridad. Según Draghi, para alcanzar dichos objetivos, la UE requerirá una inversión adicional anual de entre 759 y 800 mil millones de euros, movilizando capital tanto del sector privado como del sector público. Una inversión que representa entre el 4,4 y el 4,7% del Producto Interior Bruto de la Unión, más del doble de las inversiones del Plan Marshal (1-2% del PIB europeo en 5 años).